¿COMO INFLUYE LA PUBLICIDAD EN NUESTRA ALIMENTACIÓN?
Durante esta cuarentena, al poder ver más la televisión y estar más atenta a las redes sociales y a todo el contenido de internet en general, me he dado cuenta de la cantidad de publicidad consciente y subliminal que recibimos a lo largo de cada día. Y es que, antes de investigar más a fondo sobre estos temas pensaba que al ser una sociedad capitalista todo esto se centraba en artículos de compra relacionados con productos tecnológicos, con coches y con cosas que están unidas a la moda textil. He podido abrir los ojos y ver más allá, puesto que la publicidad ha acabado influyendo incluso en nuestra alimentación.
Es lógico saber que ha ido afectando de una manera diferente en función del rango de edad o etapas de la vida en la que nos encontramos, siendo la publicidad una especie de camaleón capaz de ir camuflándose para pasar desapercibida y conseguir los efectos que desea sobre aquellos a los que va enfocada.
Además de hacer una investigación sobre la publicidad que se realiza desde la televisión, redes sociales e incluso en pancartas y paneles por la calle, he realizado una encuesta seleccionando un rango de la población variado con diferencia en cuanto a sexo, edad, situación laboral y familiar y con diferentes gustos gastronómicos.
Empecemos con los niños de entre 2 y 12 años. Salta a la vista que la forma de llamar su atención es hacerlo todo muy visual y colorido.
Tras mi estudio, he podido observar que gran parte de ellos han llenado alguna vez el carro de la compra con algún artículo poco saludable que han conocido a través de un anuncio con un ritmo de música bastante pegadizo, o bien por estar dentro de un paquete de unicornios, colorido y con un regalo sorpresa. Y es que esta parte de la población que destaca por su gran inocencia es la más vulnerable a este tipo de publicidad y, sin duda, acaban comprando y cayendo en la trampa de estas marcas de productos ultraprocesados que al no tener una buena calidad nutricional buscan entrar en la alimentación por otro tipo de vía.
Y, al final, de todo esto acabamos teniendo culpa la sociedad, puesto que siempre se ha premiado a los niños con chuches, con pizza para cenar el fin de semana y dándoles una visión sobre las verduras que acaban tomando como castigo.
En cuanto a la adolescencia es la parte más peligrosa de la población, puesto que junto con su crecimiento físico se encuentra su búsqueda de la realidad, buscan encontrarse a sí mismos e intentar saber quiénes son.
En esta franja de edad he encontrado dos problemas a destacar entre todas las pinceladas que he podido llegar a ver.
Los adolescentes pasan un 60% de su tiempo conectados a las redes sociales, y llegan a tomar a los “influencers” como modelos de conducta, queriendo copiar y reproducir todo aquello que hacen, puesto que les están vendiendo una imagen de perfección de vida. Esto al final no tiene que ser un problema hasta que este tipo de personas acaban publicitando productos
para adelgazar como puede ser la conocida marca Herbalife. Hacen publicidad de productos que pueden acabar produciendo en el cuerpo y en la salud de la persona varios problemas, muchos de ellos irreversibles al vender la idea de que tomando esa clase de productos van a conseguir una figura deseada.
Y el segundo problema, sin ninguna duda, es la publicidad que se realiza sobre aquellos restaurantes de comida rápida que intentan llamar su atención con precios de escándalo sin hacerles saber que muchas veces hay restaurantes con una opción más saludable y a un precio muy similar.
Entiendo que es necesario realizar publicidad para aumentar las ventas pero ¿es necesario jugar con la salud de las personas?
La edad adulta no se queda atrás, en esta etapa volvemos a encontrarnos con el problema de los productos dietéticos, los productos de gimnasio e incluso con ideologías que a lo largo de tu vida vas construyendo y que te hacen cambiar tu opción alimentaria. Pero, pese a que a simple vista esto no puede parecer un problema, ¿qué ocurre si estas personas modifican su alimentación sin ser vigiladas por un profesional?¿Qué ocurre si se lo toman por su propia mano, informándose de lo que leen en internet?
Y, por último, nos encontramos con los ancianos, personas que de una manera indirecta vuelven a la inocencia de la infancia, creyéndose todo aquello que ven en la tele y convirtiendo aquellos programas del corazón y televisivos en su nueva religión.
Y durante toda mi investigación fui llegando a varias conclusiones. Vivimos en un mundo manipulado, dándole poca importancia a la alimentación, puesto que es algo que hacemos cada día sin saber que nuestra salud va a depender íntimamente de ella. Sin ser conscientes de que desde que nacemos todos aquellos alimentos que vamos a ir consumiendo van a acabar afectando en nuestro futuro. Con un niño cuya alimentación se basa en todos aquellos alimentos que anuncian de manera divertida por la tele, (si las pizzas pasan de ser de fin de semana a ser de varios días, si les premiamos con chuches en vez de cambiar este hábito por premiar con fruta de una manera divertida), estamos creando una persona que un futuro puede sufrir una obesidad que estaría acompañado de niveles de colesterol elevados y causar incluso una serie de problemas cardíacos.
Las redes sociales se han convertido en reflejos de vida que los adolescentes han tomado como modelos y el hecho de publicitar aquellos productos dietéticos poco recomendados por médicos pueden causar en ellos problemas de salud, puesto que hay estudios que relacionan el consumo de productos tipo Herbalife con problemas en el hígado e incluso pueden acabar por producir trastornos alimentarios en muchos de ellos.
Es muy importante que aquellos que no son profesionales de la nutrición abandonen este tipo de publicidad puesto que, pese a que a primera vista parece ser un simple batido, puede acabar con la salud de muchas personas.
A todo ello se suma la economía a la que pueden acceder tanto adolescentes como muchos jóvenes de hoy en día, haciéndoles centrarse mediante publicidad subliminal en aquellas cadenas publicitarias en las cuales relacionan la comida apetecible con unos precios muy
asequibles, consiguiendo captar toda su atención y siendo, sin ninguna duda, a la hora de comer con sus amigos, su primera opción.
Pero ¿por qué no publicitan bares o restaurantes cuyos menús rondan los 8€ es comida casera y cuesta lo mismo que un menú en cualquier fast food?
Y es que la televisión puede incluso meter ideales en la cabeza totalmente erróneos, pero que la gente, a causa de su ignorancia, acaban metiéndose como cosas y hábitos correctos. Sin llegar muy lejos, esta cuarentena en un programa anunciaban una dieta recomendada para poder seguir, dieta en la cual aconsejaban consumir mucha pasta, productos fritos y galletas , comer de 6 a 10 veces al día, tomar 2 o 3 huevos al día y, por último, beber mucha agua.
Y realmente nos encontramos ante un problema muy grave, puesto que una persona que no sea consciente de lo que seguir estas pautas puede acabar perjudicando a su salud lo va a seguir a raja tabla puesto que lo han dicho en la televisión.
Y nadie le está explicando a esa persona que realmente el número de comidas al día depende de la persona, y que tienen que estar equilibradas en cuanto a las kilocalorías que debe consumir a lo largo del día, que hay que beber lo que te pida el cuerpo, que el consumo de huevos la OMS lo recomienda de 2 a 3 a la semana con un máximo de 5, que hay que evitar los productos ultraprocesados y que hay que evitar las frituras y centrarse en cocinar al vapor, al horno, a la plancha… Y algo que además me parece muy importante es que el consumo de hidratos hay que aumentarlos solo cuando se quiere realizar ejercicio, por tanto puesto que en cuarentena la gente va a moverse menos no tendrían que incitar a aumentar la pasta.
Lo que tendrían que hacer es enfocar la alimentación en un aumento de consumo de frutas y verduras.
Y, pese a que todo lo redactado anteriormente me parece una forma de enfermar a la población, el aspecto que me parece más impactante es el desconocimiento de la gente, el hecho de que tomen productos proteicos sin que ningún profesional pueda llevar un seguimiento para ver cómo va a reaccionar su cuerpo, veganos que inician sus dietas de aquella información que pueden encontrar por internet sin ser conscientes de la falta de vitaminas que puede llevarle este tipo de dietas, puesto que muchas de ellas podemos tener un almacén del que pueden ir tirando un par de años pero que luego pueden tener problemas como el caso de la vitamina B12 puesto que únicamente se encuentra en alimentos de origen animal e incluso chicas que sustituyen sus comidas por batidos quemagrasas, sin saber que necesitan consumir un mínimo de kilocalorías para poder llevar a cabo sin ningún tipo de problema sus funciones vitales.
Por ello, como futura dietista, quiero enviar un mensaje, y es que la alimentación es la base de toda nuestra salud, y la gente no le da la importancia que tendría que darle.
Juegan con ella como si no se estuviesen dejando la vida.
El desconocimiento, la influencia negativa de aquellos medios de comunicación y de la gente que, pese a sin tener titulación, intenta venderse como entendidos del tema afectan de una manera atroz a nuestra salud.
Hay que hacer fuerza para intentar eliminar todo este tipo de publicidad, aumentando la publicidad de productos saludables, incitando a la gente a consumir productos frescos, a volver a la dieta que seguían nuestros abuelos.
Y es que, al final, en internet hay poca información fiable, la publicidad y el dinero de las empresas van ligadas y por ello es importante siempre acudir a un profesional a la hora de tomar decisiones en cuanto a nuestra alimentación.
Porque al final estamos jugando con nuestra salud. Por ello pienso que la alimentación saludable puede salvar muchas vidas, ¿y tú?
Alba León Coll
Alumna 1º ciclo Técnico Superior en Dietética
I.T.P Pax-Valencia-