LAS RESIDENCIAS EN TIEMPOS DE PANDEMIA

LAS RESIDENCIAS EN TIEMPOS DE PANDEMIA

Las residencias son necesarias ante la situación de dependencia en la que se encuentran muchas personas mayores, sobre todo cuando en su hogar no se les puede proporcionar los cuidados que precisan. La vejez es una etapa marcada por una gran cantidad de cambios importantes y significativos en todas las dimensiones (física, social, afectiva y cognitiva).

En el nuevo contexto actual de las residencias, donde prevalecen como usuarios una mayoría de personas en situación de dependencia, su misión consiste en la doble función de facilitar y favorecer los cuidados necesarios y proporcionar un entorno humano que mejore su calidad de vida. Actualmente es imprescindible desarrollar una atención integral que incluya cuidados asistenciales y de rehabilitación, acompañamientos, servicios profesionales y ambientes relacionales orientados a la mejora de las condiciones de vida en el centro. En definitiva, la idea esencial es promover, en la medida de lo posible, la propia autonomía personal, la autoayuda y el apoyo mutuo, así como la colaboración y la participación de las familias.

Durante estos meses de emergencia sanitaria, el confinamiento, la distancia física y el cierre de los centros al exterior con la finalidad de aislarse del virus, han disminuido la actividad social y relacional en los centros y han dificultado la realización de los programas terapéuticos habituales. La prohibición de visitas a las residencias, si bien ha sido una medida preventiva, se ha convertido en una fuente de aislamiento social y soledad emocional.

Durante la pandemia, los diferentes centros residenciales han ofrecido medidas excepcionales para restablecer el vínculo social y la estabilidad emocional que se han visto limitados durante estos meses. Desde las residencias se informa a los residentes y familiares sobre los riesgos del virus y las medidas sanitarias que se llevan a cabo desde la seguridad y la calma, con el fin de evitar el pánico y la alarma. En muchos casos ha sido necesaria la intervención psicológica para trabajar aspectos como la soledad, la depresión, la ansiedad o la ira, desde el fomento de las capacidades resilientes, la autoestima y el apoyo social.

Por otra parte, se han puesto en marcha programas para que los residentes no se sientan aislados y puedan mantener el contacto con sus familiares. A través de las videollamadas, pueden hablar y ver a sus familiares. De este modo, los mayores y sus familiares sienten más tranquilidad. En algunos casos, algunas residencias elaboran vídeos de su día a día, destinados a las familias.

 

En los últimos años se ha trabajado para cambiar el modelo de cuidados. Por ello, frente a una nueva ola de coronavirus, los centros deben poder asegurar que los programas terapéuticos y sociales se llevan a cabo para poder mantener las capacidades de las personas que allí residen. Es de vital importancia dirigir una mirada global e integradora, ofrecer una atención bio-psico-social-espiritual en un entorno que le permita continuar desarrollando sus proyectos de vida con los apoyos profesionales necesarios.

 

Amparo Sánchez Alfonso

Profesora ciclo grado medio «Técnico en Atención a Personas en Situación de Dependencia»

Servicios Socioculturales y a la Comunidad

Instituto Pax

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