Portador asintomático: individuo que alberga un agente infeccioso específico, sin presentar manifestaciones de enfermedad y que puede ser fuente de infección para otros individuos [1].
Nueva York a principios del S. XX era la ciudad industrial más importante de Estados Unidos [2]. La medicina como ciencia empezaba a ser una realidad, aunque seguía conviviendo con patrañas como la frenología, actualmente considerada una pseudociencia, o la peligrosa corriente eugenésica.
La ciencia avanzaba, la sanidad mejoraba, el país prosperaba y la clase baja no podía más que aceptar su desgracia y su considerablemente inferior esperanza de vida respecto a las clases media y alta (cuya media en el año 1900 era de 49 años en Nueva York [3]).
A partir de 1900 encontramos un punto de inflexión en la historia de la sanidad de Nueva York, y es que de repente se dispara la incidencia de fiebre tifoidea. Lo más curioso fue se propagó entre personas de clase alta, algo inesperado debido a que estos pacientes disfrutaban de los últimos avances sanitarios de la época. Por el contrario, un aumento de incidencia de cualquier enfermedad entre las clases menos favorecidas podría pasar desapercibida.
El agente causal de la fiebre tifoidea es la bacteria Salmonella typhi, se podría decir que es prima-hermana de Salmonella typhimurium que produce las típicas (y peligrosas) salmonelosis por mayonesas y similares… Ah! y no tiene nada que ver con el agente causal del tifus, que es una Rickettsia…
La enfermedad se caracteriza por fiebre, indisposición general y dolor abdominal. A medida que empeora presenta fiebre muy alta (típicamente por encima de 39.5°C) y diarrea copiosa. En algunos pacientes además aparece una erupción llamada «manchas rosas», que son pequeños puntos rojos en el abdomen y el tórax.
Entre las complicaciones que se pueden presentar se incluyen hemorragia intestinal, perforación intestinal, insuficiencia renal, peritonitis, sepsis y muerte [4].
La transmisión de la enfermedad es vía fecal-oral (sí, ¡¡¡es algo repugnante!!!), esto significa que una persona infectada y de “higiene distraída” (en este punto, cada cual que lo interprete e imagine las múltiples posibilidades) podría, llegado el caso, contaminar alimentos o bebidas con esta bacteria, transmitiendo así la enfermedad a otras personas.
Corría el año 1900 cuando todos los habitantes de una casa de Mamaroneck (Nueva York) empezaron a presentar los síntomas característicos de esta enfermedad. En 1901 se repitió la historia con los miembros de otra familia acomodada de Manhattan y posteriormente, siete de los ocho miembros de la familia de un abogado también enfermaron. Pero no acaba aquí, en 1906 en Oyster Bay, Long Island, seis de los once miembros de otra familia fueron hospitalizados con fiebre tifoidea y tras ellos sufrieron la misma suerte los habitantes de otras tres casas [5].
Dado el inusualmente elevado número de nuevos casos de fiebre tifoidea en la ciudad, el Doctor George Soper [6], un investigador de salud pública, fue contratado por una de las familias afectadas para investigar las causas del brote. Aparentemente no parecía existir un motivo razonable (se analizaron los posibles alimentos y el agua que podrían haber transmitido la enfermedad, sin encontrar nada concluyente). El Dr. Soper prosiguió examinando el historial de aquellas personas que mantuvieron contacto con los pacientes antes de enfermar éstos, incluyendo a familiares, amigos, servicio y cualquier otro tipo de contacto.
Al investigar a las cocineras encontró que entre todos los casos existía un nexo común, una cocinera llamada Mary Mallon.
Mary Mallon era una mujer de mediana edad y con aparente buena salud de la que nadie dudaba. Hasta ese momento, había trabajado como cocinera en distintas casas de clase alta de Nueva York. La investigación reveló que en todas esas casas donde trabajó Mary Mallon había casos de fiebre tifoidea (habitualmente todos los habitantes de cada casa) e incluso hubo algún caso de muerte.
La señora Mallon, forcejeó con cinco policías tras negarse a la realización de un examen médico por ser la probable causante de los brotes. Finalmente, los policías consiguieron someterla.
En algunos de los análisis bacteriológicos de heces que se le practicaron, la prueba resultó positiva y en otros el resultado del coprocultivo fue negativo, (lo que se puede explicar porque la excreción fecal de la bacteria no es continua), por lo que la señora Mallon negaba estar enferma. A pesar de todo, se demostró que Mary era portadora crónica de Salmonella typhi, condición que radica en el hecho de que probablemente su vesícula biliar liberara crónicamente los microorganismos al intestino, sin producir enfermedad en la persona portadora, algo muy poco frecuente pero posible. A día de hoy existen varios casos documentados.
Por ello, se le ofreció la extirpación de la vesícula biliar, opción que rechazó tajantemente, así que las autoridades sanitarias decretaron que la señora Mallon sería trasladada a un hospital-prisión en la isla de North Brother.
Allí estuvo tres años en cuarentena, durante los que el caso fue ganando fama y se la empezó a conocer como “Typhoid Mary” (Mary Tifoidea).
Firmó un contrato con el Departamento de Salud Pública por el que se la pondría en libertad si se comprometía a no volver a manipular alimentos nunca más, excepto para ella misma y se presentaba ante las autoridades sanitarias cada tres meses.
Al obtener la libertad, Mary Mallon cambió su nombre por Mary Brown, lo que le permitió volver a ejercer de cocinera en hoteles, restaurantes y sanatorios sin que se la relacionasen con “Mary Tifoidea”.
A los 5 años de su salida, en 1915 un brote de fiebre tifoidea hizo saltar las alarmas en un centro de maternidad de Nueva York y todos los indicios señalaban a la cocinera Mary Brown como causante.
Tras su arresto y juicio, el tribunal dictaminó que Mary Mallon (ó Mary Brown en ese momento) sería confinada en prisión durante sus siguientes 23 años de vida, en los que sería entrevistada por periodistas que nunca osaron acercarse a ella, ni mucho menos tocarla.
Mary murió a los 68 años como consecuencia de un ictus que, lógicamente no tenía nada que ver con la enfermedad que hubo portado durante gran parte de su vida [7].
Mary Mallon fue la primera persona en Estados Unidos que se identificó como un portador sano de la bacteria causante de la fiebre tifoidea.
Se presume que infectó al menos a 53 personas, tres de las cuales murieron, en el transcurso de su carrera como cocinera [7].
Julia Colechá Arlandis
Farmacéutica. Departamento de Sanidad Instituto Técnico Profesional PAX
Bibliografía:
[1] Universidad Católica de Chile – Escuela de Medicina [http://escuela.med.puc.cl/paginas/udas/Parasitologia/Parasitol_04.html]
[2] Ghorra-Gobin, Cynthia (1998). La ville américaine: espace et société, Paris, Nathan Université, pág. 34m ISBN 2091910163
[3] DAVID LEONHARDTSEPT. 27, 2006 The New York Times [http://www.nytimes.com/2006/09/27/business/27leonhardt_sidebar.html?_r=0]
[4] Medline Plus [https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/001332.htm]
[5] Wikipedia [https://es.wikipedia.org/wiki/Mar%C3%ADa_Tifoidea]
[6] The New York Times: Typhoid Mary. An Urban Historical By ANTHONY BOURDAIN [https://www.nytimes.com/books/first/b/bourdain-01mary.html]
[7] The New York Times archive: “TYPHOID MARY” DIES OF A STROKE AT 68; Carrier of Disease, Blamed for 51 Cases and 3 Deaths, but She Was Held Immune Services This Morning Epidemic Is Traced [http://query.nytimes.com/gst/abstract.html?res=9E07E4DF133DE433A65751C1A9679D946994D6CF&legacy=true]
George A. Soper. The Curious Career of Typhoid Mary. Bull N Y Acad Med. 1939 Oct; 15(10): 698–712 [http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC1911442/]
Madrigan MT, Martinko JM, Parker J (2004) Biología de los Microorganismos, 10ma Edición, Southern Illinois, University Carbondale: Ed. Pearson Prentice Hall